En el capítulo de la segunda temporada 2.06 No Exit, en donde Jo (Alona Tal) fue secuestrada y encarcelada por el primer asesino en serie, estamos hablando ni más ni menos por H.H. Holmes, Meanwhile.
En una interesante investigación de "La cacería comienza" nos topamos con muchas de las atrocidades y aberraciones, que cometía esta persona. Entre ellas (todas en inglés) decían, que era una persona que se dedicaba a estafar y engañar a sus posibles víctimas. En un blog muy interesante, encontramos una investigación magnífica y bien redactada de las maldades de este hombre.
H.H. Holmes, Meanwhile
En su faceta de asesino tenía un esquema de trabajo muy estudiado, conseguía atraer
a sus víctimas, señoritas de buen ver, mediante estratagemas y ardides a su guarida maléfica, bien provistas eso sí de sus fondos bancarios, y una vez allí probaban las torturas de sus instrumentos y mecanismos sádicos.
La ocasión para llevar a buen puerto sus planes de hacer una gran fortuna se le presentó perfecta con motivo de la Exposición Universal que se organizó en Chicago en 1893, que celebraba el descubrimiento de América por Cristóbal Colón. Holmes pensó que podría invertir el dinero ganado con sus fraudes en un edificio en el que alojar a los visitantes a la Feria. Para ello se hizo construir el “Castillo” y empleó a quinientos artesanos para levantar su particular hotel terrorífico. Los obreros que preguntaban por las cámaras de gas y por las puertas secretas eran despedidos al instante, pero no sólo eso, Holmes apenas conservaba a los mismos trabajadores un par de semanas, así evitaba que supieran demasiado de la estructura del edificio, y tomando como excusa que eran unos pésimos obreros los despedía bruscamente, rechazando pagarles.
Como explicaba antes, solía escoger como víctimas a chicas jóvenes de las que se informaba previamente de su nivel económico. He de decir que paralelamente a estas historias estuvo casado varias veces, sin consumar el divorcio, Holmes por lo tanto era bígamo, cuando una mujer dejaba de interesarle la abandonaba con hijos incluidos y se hacía pasar por viudo. Cómo compaginaba todo esto no lo
sé, parece ser que atraía a las chicas mediante anuncios clasificados en los periódicos, ofreciendo trabajos diversos o bien anuncios de propuesta matrimonial, vendiéndose como un próspero y saludable hombre de negocios. Con su irresistible encanto, las damas no dudaban a confiarle sus ahorros a tan gentil caballero, sin sospechar, claro, que después iban a ser torturadas y asesinadas.
Pero la gallina de los huevos de oro no duró mucho. Mientras Holmes era juzgado por fraude (planeó junto con su cómplice, Ben Pitezel, una falsa muerte para cobrar el seguro de vida de este, y después lo asesinó junto a sus hijos), la policía descubrió en su residencia el laberinto de habitaciones secretas y pasajes misteriosos: cámaras de tortura, oscuras escaleras que llevaban a ninguna parte, escotillas y habitaciones asfixiantes. En los cuartos del segundo piso, unos toboganes llevaban a un sótano y desembocaban en una piscina de ácido. En ese mismo sótano encontraron un crematorio, una mesa de disección manchada de sangre con múltiples instrumentos de cirugía y un potro de tortura medieval del que Holmes explicó que podía estirar a la gente hasta casi doblar su longitud. También encontraron huesos, cenizas y bolas de pelo humano. Al echar abajo un muro del sótano, encontraron una enorme habitación metalizada de donde salía un horrible hedor. En su interior un tanque explotó y el jefe de bomberos al oler el vapor que salía de allí explicó que después de aquello había encontrado en un estado de terror y locura durante dos horas. Este era el particular parque de atracciones de Holmes.
Fue colgado en 1896 después de un juicio muy sonado en su época, explotado al máximo por la prensa sensacionalista. Pero parece ser que después de su muerte cumplió una extraña venganza:
-Uno de los testigos del caso murió, su sangre estaba envenenada.
-El juez de instrucción murió también, de una misteriosa enfermedad.
-El superintendente de la prisión se suicidó.
-Un sacerdote que estuvo con él varias horas antes de la ejecución murió después de que le atracaran y le dieran una paliza.
-La oficina de su compañía de seguros se incendió, y sólo sobrevivieron la garantía del arresto de Holmes y dos retratos suyos.
-El Presidente del jurado murió electrocutado en su casa.
-Aunque el castillo de Holmes se reconstruyó como oficina postal en 1938, nadie quiso trabajar allí. Se decía que se oían llantos y gemidos provenientes de las paredes y que los perros ladraban con sólo pasar cerca del edificio.
La resurrección de Holmes vino de la mano de John Borowski, que hizo este documental sobre su vida.